“Me gusta contar historias”, reveló el fiscal del Tribunal Penal Dos de Posadas Vladimir Antonio Glinka y se adentró en contar su propia experiencia de vida, desde su infancia como “niño judicializado” hasta su actualidad como uno de los funcionarios judiciales más jóvenes en ocupar un cargo de tamaña responsabilidad en la provincia.
Todo se enmarcó en una íntima entrevista concebida para el ciclo Identidades, conducido por la presidenta del Superior Tribunal de Justicia (STJ) Rossana Pía Venchiarutti Sartori, producto que esta semana vio la luz por primera vez a través del canal oficial de Youtube del Centro de Capacitación y Gestión Judicial.
“Si esas historias encima sirven, no necesité mayor motivación para venir a contar la mía y compartir quizás con alguno que esté en una situación similar para explicarles que de todo se sale trabajando”, añadió Glinka al responder sobre por qué decidió aceptar la invitación al ciclo y compartir su experiencia personal.
Glinka dividió su vida en “tres capítulos”: su infancia con su padre detenido; el período comprendido entre los 20 y los 30 años; y su presente como funcionario judicial a cargo de una fiscalía desde noviembre de 2021.
De niño judicializado a fiscal
“En mi primer capítulo estuve judicializado, en el segundo trabajé con la Justicia y en el tercero trato de impartir justicia. Eso es una cosa que me llama la atención, la de haber estado en todos lados”, repasó y dio pie a desarrollar el primer capítulo.
“Yo sé que está historia empieza a los 6 años. Yo estaba empezando primer grado cuando mi padre tiene problemas con la Justicia y estos problemas continuaron hasta el año 2002. Esto quiere decir que desde mi primaria hasta séptimo grado festejábamos el día de la madre y el padre a la misma persona”, se abrió.
Sobre aquellos tiempos, Glinka revivió que “tengo recuerdos de haber ido a visitas, de haber pasado por esas circunstancias, siempre incómodo, siempre raro. Yo no tengo recuerdos de haber preguntado dónde estaba, pero de alguna manera se sabía. En todos esos años pasaron cumpleaños, navidades, de todo. Se supone que sabíamos la respuesta pero por supuesto no se hablaba”.
El joven profesional reconstruyó que en esa primera etapa además debió atravesar el fallecimiento tanto de su padre, como de su madre, tras lo cual dio inicio a “segundo capítulo” de su vida, donde debió ocuparse de otras situaciones judiciales que comprendían a su familia.
“Entonces dentro de todo ese derrotero me ha tocado estar judicializado desde el punto de vista de un tercero, de un familiar y entremedio de todo esto ya ser actor en causas de sucesiones, curatela, porque desde que cumplí 18 ya me empecé a ocuparme de todas esas situaciones“, recordó.

De todo ese camino, Glinka resaltó la constancia de seguir adelante, de “no poner excusas” y saber “aceptar la ayuda”.
En la continuidad de la entrevista, contó que tiene otros tres hermanos, cada uno siguiendo una profesión y con quienes no solo comparte una historia, sino también los “códigos” transmitidos por su madre.
“Transitamos la vida sin excusas. Yo le llamo excusas a cualquier cosa que uses para justificar no hacer algo. Si uno hace nada, no va a cambiar nada”, planteó ante Venchiarutti, al tiempo que reflexionó aún más y a modo de consejo señaló: “También hay que saber pedir ayuda, pero más que pedir, hay que saber aceptar la ayuda. Eso es lo más difícil”.
Hoy en día, Glinka atraviesa el tercer capítulo, con más de quince años como empleado judicial y gracias al camino recorrido define: “No veo al Poder Judicial como una corporación, sino más bien como un conjunto de personas que intenta hacer el bien”.
Y ahondó aún más su postura: “Yo estoy acá por alguien, por decisiones que tomaron otras personas y yo trabajé sobre eso. Estar judicializado es no depender de uno mismo, ahí está el problema. Yo pierdo esa libertad para que mi vida pase por otra decisión, con su experiencia. Y nada es más frustrante que otro decida en base a su experiencia para mí”.
“Sin embargo, me ha tocado y eso me ha inspirado en un montón de cosas o formas de trabajar ahora. Yo estoy acá por una consecuencia y un montón de decisiones, por no haber puesto nunca excusas“, cerró el fiscal que este año tuvo el gran desafío de participar junto a Martín Rau como parte acusatoria en el histórico juicio realizado por delitos Masi contra los hermanos Germán y Sebastián Kiczka.
Los Kiczka y su esquema de archivos Masi, desentrañado por los fiscales