El Tribunal Penal Uno de Posadas dictó la absolución por el beneficio de la duda y la inmediata libertad para Nelson Orlando De Menes (51), que había llegado a instancia de juicio oral como único imputado por el homicidio de su madre Elsa Díaz (70), registrado en febrero de 2019 en Candelaria.
La sentencia se ajustó a lo solicitado por la defensora oficial Celina Silveira Márquez y en contraposición al planteo del fiscal Martín Alejandro Rau, quien en su alegato había solicitado la pena de prisión perpetua al considerar que De Menes cometió un “homicidio doblemente agravado por alevosía y el vínculo” en perjuicio de su madre.
El tribunal encargado del caso arribó al fallo con el voto mayoritario de los magistrados Viviana Cukla -presidente- y Miguel Ángel Faría -subrogante-, mientras que Gustavo Bernie votó en disidencia al entender que lo apropiado era el dictado de la prisión perpetua.
De esta manera, la absolución vino acompañada de la inmediata libertad del acusado, quien salió del tribunal sin esposas y solamente debía regresar a la Unidad Penal IV de Miguel Lanús para retirar sus pertenencias. Una nueva vida le espera, salvo que una posible casación logre revertir el fallo a instancias del Superior Tribunal de Justicia (STJ).
“Estoy conforme”, expresó en forma escueta De Menes antes de subirse al móvil del Servicio Penitenciario Provincial (SPP) estacionado fuera del tribunal. Previo a ello, al momento de ejercer el derecho a sus últimas palabras, había ratificado su inocencia ante los jueces.

“Soy inocente de todo lo que se me acusa. Yo daba por ella. Eso que dijeron los vecinos que vinieron acá es todo mentira. Ella era una mujer libre, yo no le hacía nada”, dijo De Menes en referencia a los testigos que durante el juicio declararon que Díaz se había vuelto más “retraída” cuando su hijo se mudó con ella en la casa que compartían en el barrio 2 de Febrero de Candelaria, donde también se produjo el crimen.
En defensa del imputado intervino Celina Silveira Márquez, que fue la última en alegar pero cuyo planteo fue atendido en forma favorable por dos de los magistrados del tribunal.
“Es una causa rica en testimonios, pero no tenemos ninguna prueba directa sobre este triste suceso. No hay una sola prueba de cargo, son solo indicios. Ser introvertido y pedirle plata a la madre no te convierte en un matricida”, postuló la defensora oficial.
Y continuó: “Las pruebas científicas dicen que no tenemos el arma homicida. Todas las pericias de ADN dieron negativo. El ADN de De Menes no fue encontrado en nada. Entonces, después de todo, a mí solo me quedan preguntas. Acá no hay pruebas suficientes para una sentencia condenatoria, no hay forma de darlo como autor del hecho, no hay nada que quebrante su principio inocencia”.
El alegato de Silveira Márquez fue la respuesta a la exposición dada por el fiscal Martín Rau, quien en contrapartida había considerado “acreditada” la autoría del hecho criminal por parte de De Menes y en consecuencia había solicitado la máxima pena en su contra.
La acusación
En su teoría del caso, Rau apuntó que entre la noche del 9 de febrero y la madrugada del 10 de febrero de 2019 el acusado aguardó que su madre se durmiera para atacarla “sobre seguro” y matarla de un garrotazo en la cabeza sin que siquiera la víctima se de cuenta.
Para ello, el fiscal se apoyó en los testimonios recolectados tanto en la etapa de instrucción como durante el debate oral que comenzó el martes pasado y se extendió a lo largo de cinco audiencias.
En ese marco, repasó las declaraciones de dos vecinas de Díaz, quienes manifestaron que la mujer había manifestado que su hijo “la quebrantaba” por plata e indicaron que esa noche vieron a De Menes en el lugar.
También hizo énfasis en los aportes dados por otro grupo de testigos, entre ellos las peritos Andrea Strocen Schelske y Cintia Beyer, que ante las partes describieron que la escena del crimen no coincidía con un caso de robo, una de las hipótesis planteadas por el acusado apenas se descubrió el crimen.

“Es falsa la tesis del olor a sangre y de la ventana abierta que dio el imputado en esta sala”, refutó en un parte de su alegato el fiscal Rau, que también hizo mención a las pisadas de barro detectadas en la escena compatibles con una zapatilla del acusado y la actitud evasiva que De Menes tuvo durante el procedimiento respecto a la llave que abría el depósito donde se hallaron los elementos que él había dado como robados ante la Policía.
“Sobre la mesa había una billetera con plata, pero resulta que en un robo nadie se llevó esa billetera con cash. La tele y la garrafa estaban en el depósito, donde también había una moto y un caso, elementos de valor que tampoco nadie se robó. El escenario es incompatible con un robo y la teoría de un crimen pasional también está descartada. El acusado fue dando diferentes hipótesis para desviar la investigación”, trazó Rau.
Y cerró: “La hipótesis más certera es que el imputado mató a Elsa. En el lugar todos los caminos conducen a Roma y Roma está sentado ahí en frente. Estoy convencido de su autoría. Lo hizo sobre seguro, aprovechando mientras ella dormía. No hay ningún signo de defensa”.
Bajo esa premisa, el fiscal pidió que De Menes sea condenado a prisión perpetua como autor del delito de “homicidio doblemente agravado por alevosía y el vínculo”, aunque el planteo no prosperó.
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