Zaffaroni y la reforma del Código: “Están jugando con la vida y la libertad de los habitantes”

Zaffaroni

A través de una nota de opinión publicada este miércoles en Página 12, el reconocido jurista y ex juez de la Corte Suprema, Eugenio Raúl Zaffaroni, lanzó una dura crítica contra el proyecto de reforma del Código Penal anunciado por el Gobierno nacional y recientemente presentado en Posadas por el juez Mariano Borinsky.

En su texto, titulado “A quien corresponda” y articulado en un total de 29 preguntas, Zaffaroni cuestiona directamente a los redactores del proyecto, a los que califica de “muchachos” y les reprocha haber elaborado un “disparate” que pone en riesgo la vida y la libertad de los ciudadanos, sin una ideología coherente y motivado por presiones mediáticas.

Zaffaroni no dirige sus palabras a políticos ni a medios concentrados, a los que ve impulsados por “afán de poder” o “rating”, respectivamente. En cambio, apunta a eventuales docentes, penalistas o expertos en derecho que habrían participado en la redacción, preguntándose qué los motiva a involucrarse en algo que, según él, es “injustificado e inexplicable”.

“Muchachos: no estamos discutiendo dónde está el dolo ni la imputación objetiva. Están jugando con la vida y la libertad de los habitantes. ¿Quieren llenar las cárceles de perejiles? ¿No se dan cuenta de que las cárceles superpobladas acabarán manejadas por bandas de delincuentes? ¿Que habrá motines, con descuartizados y decapitados? ¿Podrán dormir tranquilos cuando pase eso? ¿No ven ejemplos como el de Ecuador? ¿Creen que van a resolver eso con la privatización de las cárceles? ¿No saben que es un negocio que no funcionó en ningún lado?”, interpela.

Con más cuestionamientos de la misma índole, el jurista enfatiza, además, en el fracaso histórico de la privatización de prisiones, recordando que incluso el sistema federal estadounidense la rechazó.

También critica la alta tasa de presos sin condena en Argentina -casi la mitad en prisión preventiva- y advierte que esto podría convertir las detenciones en “penas de muerte eventuales”, violando el mandato constitucional de cárceles “sanas y limpias” orientadas a la reinserción social.

En otras líneas Zaffaroni desmonta la idea de agregar más tipos penales en respuesta a “noticias sensacionalistas”, ironizando: “¿Creen que si ponen el cáncer en un tipo penal no habrá más cáncer?”. Cuestiona la efectividad de penas perpetuas para disuadir a criminales graves, como “degenerados psicópatas”, y rebate la narrativa de un reciente descenso en homicidios, afirmando que la baja viene ocurriendo desde hace más de una década.

Un punto clave de su crítica es la presunción de legítima defensa para policías, que Zaffaroni considera redundante: “Existe y siempre existió”, explica, ya que los funcionarios públicos se presumen actuando en cumplimiento del deber, salvo prueba en contrario.

“¿Quieren engañar a los policías? ¿Hacerles creer que no les soltarán la mano, como hacen siempre que se equivocan?”, pregunta, sugiriendo que el proyecto busca generar falsas expectativas.

El ex magistrado contrasta este proyecto con códigos históricos como el fascista Codice Rocco de Italia, que aunque ideológicamente repudiable, era “coherente”. En cambio, califica al actual como “un disparate populachero mediático carente de ideología”, y advierte a sus supuestos redactores sobre el riesgo de quedar como “nombres malditos” en la historia del derecho, al estilo de figuras como Vyshinski o Freisler en regímenes totalitarios.

En un tono coloquial y directo, cierra con una pregunta retórica: “¿Salieron al campo y los picó una vaca?”, urgiéndolos a distanciarse para no “traicionar la tradición de todo el penalismo argentino”.

Esta intervención de Zaffaroni se enmarca en un debate nacional sobre la seguridad y la justicia, impulsado por el Gobierno de Javier Milei, que busca endurecer el Código Penal ante el aumento percibido de la delincuencia. Críticos como Zaffaroni argumentan que tales reformas no abordan causas estructurales y podrían agravar problemas como la superpoblación carcelaria.

La nota de opinión completa aquí.

 

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